Apenas el le Leia el poema, a ella se le agolpaba el corazón y caían presos en salvajes deseos en suspiros exasperantes. Cada vez que el procuraba decirle las estrofas, se enredaba en un suspiro quejumbroso y tenia que envolverse de cara al otro, sintiendo como poco a poco las almas se estremecían, se iban juntando, consumiendo, hasta quedar tendido como el loco de amor al que se le han dejado caer unas gotas de caricias consientes. Y sin embargo era apenas el principio , por que en un momento dado que ella se mordía los labios consintiendo que el aproximara suavemente su cuerpo. Apenas se tocaban , algo como un susurro los excitaba, conjugaba y conmovía de pronto era el clímax, la reacción convulsionante de las almas, la jadeante desembocadura del orgasmo, los premios del espasmo en una sobrehumana pausa. !Dios ! !Dios! Reposados en la cima del murmullo, se sentían cansados, satisfechos y enamorados. Temblaba el cuerpo, se vencían las marionetas, y todo se resolvía en un profundo placer en colchas tendidas rosas, en caricias casi crueles que los llevaban hasta el limite de la locura.
Luz María Cristina Flores Galván
Noemí Elizabeth Guzmán Flores.
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